Necrosiedad

Ya ha pasado un tiempo desde que empecé mi vida como trabajador independiente y los que me conocen de cerca quizás sepan que ha sido una etapa de increíbles altibajos (Horriblemente altos e increíblemente bajos). Así pues, para sacar algunas cosas de mi sistema en pos de una sana recuperación daré una serie de apreciaciones aleatorias que he venido anotando como corolario de mis últimas experiencias. Estas son anotaciones sin ningún tipo de indirecta o juicio de valor. 1. Se gana más como trabajador independiente, tendría que haber hecho esto hace mucho tiempo. 2. Odio la terrible burocracia, de la cual debo hacer uso para que me paguen porque son independiente. 3. Nada es sagrado en este mundo, ni siquiera una motico de bajo cilindraje. 4. Tomo malas decisiones cuando me siento ofendido. 5. Curiosamente duermo menos que cuando trabajaba en una empresa. 6. Yo mismo soy el jefe más tiránico que haya tenido jamás 7. Incluso la gente que uno no ve a menudo hace mucha falta cuando

*Cita médica a los 22* -Doctor: Muy recomendado Juan David que disminuya el consumo de café y otras bebidas azucaradas, especialmente las bebidas energéticas. -Yo: Ya mateme doctor, como me va a decir eso ome, más bien dígame cuando me voy a morir. *Cita medica a los 28* -(Posiblemente el mismo) Doctor: Lo que más pueden perjudicarlo don Juan son especias, alcohol, sopas de sobre, cacao, derivados lácteos, quesos, yogurt, bollería, pasteles, helados, mantequilla, bebidas gaseosas... -Yo: Ya mateme doctor, como me va a decir eso ome, más bien dígame cuando me voy a morir.

Los implicados habituales de las hazañas de Juan David Berrio quizá tengan una impresión de su carácter y costumbres que, aunque refleje la verdad y, por supuesto, nada más que la verdad, se quede un poco corta, en su composición, respecto a toda la verdad en el conjunto de sus aspectos gloriosos. Y ello se debe a razones evidentes. Hay que corregir, seleccionar, armonizar lo interesante con lo importante y prescindir de todas las descripciones tediosas. Como ésta, por ejemplo: Juan David se vio sin dinero por un retraso en la consignación de su sueldo, y así, en medio de una ciudad de lo más agradable y en vista del problema de estar a más de 30 kilómetros de su casa, él suspiró y se sentó en la banca de un parque poco concurrido, ahí sentado mirando al cielo, esperó a que se disparara algún evento automático como si de un videojuego se tratase. Esperó casi una hora antes de cambiarse a una banca diferente, no más cómoda, pero si diferente, lo diferente es bueno. Ca

Un hippie me hizo bullying en el metro una vez -… ok ok, que ve en mi futuro. -Usted se siente solo cada vez que mira las nubes. - ¿Ve eso en la palma de mi mano? -No, pero se le nota en la mirada. -…mmm, le voy a dar la moneda, aunque eso no sea exactamente leerme la mano. -Pero es la verdad, ¿No? -Ya no le doy nada … :(

Nunca me he rendido, no, nunca, jamás he abdicado. Lo que es mío es mío y lo que quiero lo quiero, lo busco, lo asecho, lo persigo, nunca lo espero. Hay del alma en pena que se postre entre mí y lo que es mío, pues en mi delirio persisto y el sueño nunca concilio, y mi espada nunca envaino ni me detengo ni descanso. Lo que es mío es mío y lo que yo quiera será mío. Si alguna vez lo quise, mío ha de ser, aunque sea por un instante lo debo poseer, aunque mi hambre me destruya y mi anhelo me rehúya, lo voy a tener, por un segundo en mi haber, incluso si es mi destino no volverlo a ver.

Es un hecho bien sabido entre quienes me conocen de cerca, que a mí me gusta contar historias. Me gusta mucho, en verdad, y modestia aparte siempre he pensado que no lo hago tan mal como para avergonzarme de este pasatiempo tan mío. Juan e historias, historias y juan, yo estoy hecho de historias… yo soy Juan… y no, no suelo hablar de mi mismo en tercera persona. Como es de esperarse de alguien que se jacte de ser un cuentero, yo me sé muchas historias y todas las guardo con cariño en una parte especial de mi cabeza, protegidas de la rutina del día y de la soledad de la noche, y junto a ellas, en un espacio más pequeño pero no menos importante guardo a sus autores, grandes escritores, cineastas, amigos, familiares etc., en síntesis se puede concluir en que la mejor forma de ganarse mi respeto y recordación es contándome una buena historia. Hay sin embargo una historia, una en particular, que siempre me hace quedar pensativo en cualquier lugar allá donde la recuerde, no por lo increíb