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Mostrando entradas de febrero, 2009

El aburrimiento del viudo

Los días pasaron deprisa desde la muerte de su esposa, y el seguía mirando el techo con una esa inexpresiva mirada que parecía ver mas allá de lo real, de lo normal y de lo permitido. Solo sonreía cuando el silencio de su habitación era roto por el murmullo del viento y el pensaba para sus adentros: Estoy aburrido. Tal ves alguien había dicho que la perdida de su esposa le había afectado demasiado, pero eso era solo una explicación autocomplaciente para su extraño cambio de actitud. La verdad es que el ya no pensaba en ello, apenas si recordaba las circunstancias de la muerte y de lo demás nada. Con un negocio prospero, una buena casa en una barrio privilegiado, un par de autos casi nuevos, y no mas de 25 años se pasaba el día en su enorme y coagulado lecho matrimonial. Ahí residía su verdadero problema, en la falta de un objetivo para el resto de su vida, en la ausencia de una distracción, así que su único anhelo era buscarse algo para ya no estar tan aburrido. Sobre la mesita de noc

"Carroña"

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Era un día nublado, las palomas volaban bajo, presagiando tormenta, y el humo, de coches y personas se elevaba al cielo y se desvanecía presagiando el destino de las personas que lo producían. Este hombre, a quien para efectos de la historia llamare “Carlos” caminaba apurado entre la multitud sin contrastar mucho con el ambiente. Y desde lo alto esta marcha de personas es un espectáculo que sin duda te hace pensar que si te murieras seria un tema insignificante en este mar de suicidas del pensamiento. Así pues el buen “Carlos”, no alcanzo a caminar algunas cuadras antes de notar por sobre su hombro que lo venían siguiendo dos tipos grandes y fornidos con cara de tener un objetivo claro. De nuevo desde arriba solo se habría notado que “Carlos” subió un poco la velocidad, pero este pequeño cambio se pierde entre la multitud. Y ya tienen a “Carlos” solo y sin ayuda entre esta multitud de personas, preguntándose como perder a sus perseguidores, o donde encontrar ayuda en tan tremenda soled

La soberbia

Nada se asemeja a la embriagante sensación de saber que mientes, y tu mentira cual dulce veneno es saboreada por todos quienes la oyen, porque son tontos- piensas La verdad es un principio tan falso -te repites- que habría que tener un ignorante sentido de la realidad para creer que existe, es como el hada de los dientes, como las sirenas, como la paz universal, como dios mismo. Empujas esas palabras dentro de tu mente, te obligas a crees en ellas y a reír de lo demás. Sientes tu arrogancia al máximo, sabiendo que eres el mejor en todo y que no hay nada en que no superes a todos. Saboreas tu perfección… Te refrescas con tu tus éxitos, habidos y por haber… Y sabes que a cada paso que das traes contigo el poder para doblegar cualquier obstáculo a tus pies, como sirvientes de tu perfección, de tu poder, de tu arrogancia. Aaaaaaa, la arrogancia¡¡¡ Tu no eres arrogante, solo un triste fracasado se pavonea de sus éxitos, pero tu no. Sin duda alguna tu eres la perfección en persona, tu eres e

Agua Helada

La lluvia cae en lágrimas, lagrimas negras, y mientras el cielo se oscurece lentamente sigo el sendero que se dibuja delante de mis pies. Siento que llevo una eternidad aquí, el frió es sofocante y no se cuanto pueda aguantar esta sensación de aplastante soledad. Estoy desnudo y todo lo que veo es negro y a través de la oscuridad veo nitidamente a la muerte, que se acerca lentamente como una amiga ala que deseo abrazar. Y cuando estubo cerca, casi a punto de tocarme, estiré la mano y cerre el grifo del agua. Es divertido dejar mi cabeza bajo el chorro helado hasta alucinar, pero algún día la muerte se cansara de la falsa alarma diaria, al fin abraze a mi vieja amiga.