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Mostrando entradas de julio, 2009

El asesino feliz.

Siempre se le veía recostado contra alguna piedra o en algún rincón, buscando siempre la sombra en las horas más calurosas del día, siempre tranquilo e inmovil, siempre sucio, siempre descansado, siempre de buen humor, siempre con el viejo sombrero que cubría sus ojos y siempre sonriendo alegremente. …tres cruces hay en la cima del viejo cementerio, donde antes dos habían… Nadie hablaba de el, por lo menos no en publico, nadie le dirigía la palabra, nadie sabia como sobrevivía, lo que comia, donde dormia, nadie se lo preguntaba realmente, nadie se preocupaba por el, nadie lo estimaba y nadie lo molestaba porque en general el nunca molestaba a nadie. Solo una frase vacía le dirigía de vez en cuando la mujer que alguna vez fue su prometida: -No sonrías, por favor. Esa frase, cortante y vana, era el conjunto de deseos de toda la gente que lo conocia, todos querían verlo molesto, incomodo y pasando grandes penurias pero el nunca dejaba de sonreír por precaria