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Mostrando entradas de marzo, 2009

El hombre feliz y el triste

De camino a la ciudad de Nolmar se encontraron dos hombres solos en el camino y como aun faltaba un largo tramo entablaron conversación rápidamente. Uno era un humilde viajero, cuya única posesión era el viejo sentimiento de felicidad que le había dejado su padre antes de morir y como no tenia nada mas en el mundo se aferraba a el sin importar la situación. El otro era un rico hombre de negocios, que ostentaba orgulloso una tristeza de lujo que había adquirido durante su juventud en una de las tiendas de sentimientos más prestigiosas del mundo, con la cual había escalado rápidamente en el mundo del mercadeo. Así que por curiosidad y como parte de un juego intercambiaron momentáneamente sus sentimientos. Al probarse la tristeza el hombre feliz se dio cuenta de su miseria, de lo mucho que había desperdiciado y de lo decepcionado que estaría su padre de verlo así. Mientras tanto el triste se ponía la felicidad, solo para caer en una crisis al descubrir que su vida era demasiado vacía comp

Habia una vez...

El amor -!Pero es algo tonto¡. -¿Algo tonto? No me importa, igual tú te mueres hoy. -¿no sentís remordimiento? -En lo mas mínimo -pero todas aquellas cosas… -el tiempo de temer paso, ahora solo puedo odiar. -No se puede odiar por algo tan tonto. -¿quieres probar tu suerte? -No hagas esto… -No, tú no hagas esto más difícil. -Por el amor de dios, ¿que estas haciendo? -¿Amor?, ¿Dios?, esas si son tonterías. Y diciendo esto la besó. Un tipo con rabia Una persona se le acerco y le pregunto con miedo. -¿porque tienes tanta rabia? -porque el cielo es azul, por eso¡¡. Un sobrio Y dando gracias lo paso a sus discípulos diciendo: Tomad y bebed todos de él, Porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, Que será derramada por vosotros Y por todos los hombres Para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía. Y mateo recordó fugazmente lo mucho que odiaba el li

Lee

Martes 10 de marzo del 2009 El día no había pasado muy animado que digamos, pues el profesor había faltado y habían algunos disturbios en la ciudad, así que todo parecía estar predispuesto para bajarla moral de la gente. Sin embargo Lee nunca fue del tipo de personas que pierden la moral por un cielo nubarroso y algunas adversidades. Mientras venia hacia la universidad en la mañana se percato de la gran presencia militar que había, sin embargo lamentablemente en una ciudad como Medellín no es raro ver el uso de la fuerza para aplacar a los inconformes, quizás es parte de estar al poder no querer que nadie se queje de la situación, porque si fuera así el jefe se sentiria culpable y que pesar. Por demás el día ha pasado calmado, así que sin mucho de que hablar o que hacer se encontró sentado tras el bloque de artes junto a Claudia (como para deprimirse mas) y esperando a Lola que estaba comprando un brownie con helado. Miraba la manga crecer, con la mente perezosa tratando de enfocarse

6 disparos

De camino por su facultad lo abordan un un hombre y una mujer, sus miradas amenazadoras lo llevan hacia un baño cercano, hasta ahi todo normal.Ya en el baño hablan por un rato, la pareja trata de hacerle caer en cuenta de que su posición política es un error pero el no cede y expone uno por uno sus argumentos y con cada uno un pedazo de si mismo sale al mundo. Cuando no hay ya nadie alrededor se ponen más serios, el y ella, y comienzan a hablar de forma intimidante, cada vez mas amenazadores. El empieza a sudar con sus palabras y entiende al fin cual es el propósito de sus acompañantes. Se lagrimea un poco tratando de no perder la cabeza mientras ellos comienzan a hablarle usando ese tono de “Vamos no llores, sabias que esto iba a pasar” Trata de huir… Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis disparos y ninguno en la cabeza, sus atacantes no son tiradores experimentados. Para cuando la gente llega, ellos ya huyeron y el, tendido en el suelo, aun sigue con vida y si

Prologo.

Martes 10 de marzo de 2009 12:56 m Bajo el implacable sol del medio día, en la parte alta de las montañas nororientales de la pequeña ciudad de Medellín una figura flaca corría lentamente bordeando la cima. Era un hombre moreno y más bien desarreglado, con un sucio cabello negro revuelto entre el polvo, la sangre y el sudor. Al llegar a la parte alta se dio media vuelta y vio al fondo del valle la ciudad que desde siempre había sido su hogar, pero que ahora se veía pálida a través de unos cuantos pilares de humo. Bajó la mirada conteniendo una ves más las lágrimas, pensando en todos sus amigos y familiares. Luego se tumbo en la tierra para descansar un poco, tratar de poner sus ideas en orden y organizar sus prioridades. Esta mañana me despertó mi hermanito tratando de comerse mi brazo por encima del edredón, estoy seguro. Fue lo primero que pensó… Todos están muertos, ya no puedo hacer nada. Pero luego recordó -y que hay de Lee

De mujeres y azaleas

Sarita para desaburrirse y quizás para no estar tan sola, planto una planta de azaleas en una maceta que puso al marco de su ventana… Mientras limpiaba golpeo la maseta y esta se cayó, con tanta puntería que cayo sobre una mujer que pasaba justo debajo de la ventana y se desmayo al instante, la mujer, no la ventana claro esta. El primero en acudir en su ayuda fue un tipo de lo mas altruista que con los movimientos confiados y seguros de un doctor consumado, reviso su cabeza en busca de una herida grave pero era un golpe leve, luego su cuello pero todo parecía estar en su lugar, Lugo el interior de su blusa, y allí también todo estaba en su lugar. Luego reviso su bolso, seguramente para encontrar números de teléfonos de sus familiares, tomo la cartera y salio corriendo, seguramente de la urgencia por llamar. Mientras este valiente hombre corría contra el reloj para salvar la vida de la mujer, la gente se empezó a acumular alrededor de la misma, algunos por curiosidad y otros po