El hombre feliz y el triste
De camino a la ciudad de Nolmar se encontraron dos hombres solos en el camino y como aun faltaba un largo tramo entablaron conversación rápidamente.
Uno era un humilde viajero, cuya única posesión era el viejo sentimiento de felicidad que le había dejado su padre antes de morir y como no tenia nada mas en el mundo se aferraba a el sin importar la situación.
El otro era un rico hombre de negocios, que ostentaba orgulloso una tristeza de lujo que había adquirido durante su juventud en una de las tiendas de sentimientos más prestigiosas del mundo, con la cual había escalado rápidamente en el mundo del mercadeo.
Así que por curiosidad y como parte de un juego intercambiaron momentáneamente sus sentimientos.
Al probarse la tristeza el hombre feliz se dio cuenta de su miseria, de lo mucho que había desperdiciado y de lo decepcionado que estaría su padre de verlo así.
Mientras tanto el triste se ponía la felicidad, solo para caer en una crisis al descubrir que su vida era demasiado vacía comparada a lo que sentía en ese momento, y un desesperado deseo de despojarse de todo lo que con tanto esfuerzo había conseguido se apodero de el.
Al llegar a la ciudad, se volvieron a poner sus respectivas emociones y entre sonrisas se despidieron.
Uno era un humilde viajero, cuya única posesión era el viejo sentimiento de felicidad que le había dejado su padre antes de morir y como no tenia nada mas en el mundo se aferraba a el sin importar la situación.
El otro era un rico hombre de negocios, que ostentaba orgulloso una tristeza de lujo que había adquirido durante su juventud en una de las tiendas de sentimientos más prestigiosas del mundo, con la cual había escalado rápidamente en el mundo del mercadeo.
Así que por curiosidad y como parte de un juego intercambiaron momentáneamente sus sentimientos.
Al probarse la tristeza el hombre feliz se dio cuenta de su miseria, de lo mucho que había desperdiciado y de lo decepcionado que estaría su padre de verlo así.
Mientras tanto el triste se ponía la felicidad, solo para caer en una crisis al descubrir que su vida era demasiado vacía comparada a lo que sentía en ese momento, y un desesperado deseo de despojarse de todo lo que con tanto esfuerzo había conseguido se apodero de el.
Al llegar a la ciudad, se volvieron a poner sus respectivas emociones y entre sonrisas se despidieron.
¿Y fueron felices para siempre?
ResponderEliminarUno de ellos si, el otro vivio satisfecho.
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