Autobiografía inconclusa o declaraciones de un hombre deshonesto.

Así soy yo, que juro que voy pero no se para donde voy, que sueño cosas que mucha gente quisiera saber pero ignoro mis sueños por miedo a que signifiquen algo, así soy yo, que me enamoré y eso casi me mata y ahora me quiero enamorar de nuevo. Que no se volar pero que juro que caigo con mucho mucho estilo, así soy yo, que te amo pero no quiero volver a verte y me odio por eso pero deberé vivir conmigo para siempre. Ese soy yo, el hombre cobarde mas valiente que estas montañas hallan visto jamás, el hombre mas idealista pesimista del mundo, el caballero con lanza de icopor y escudo de mentiritas, así soy yo, que escribo pero que aun no se para qué escribo, para quien escribo, que me siento inferior a los demás y creo que los demás son la basura de dios, así soy yo, que no creo en dios pero hablo con el cada rato, porque solo el me da respuestas interesantes, que luego no hablo con nadie y me pregunto porque nadie habla conmigo. Así soy yo, que busco a la gente y luego me doy cuenta que me cae mal la gente y me voy a cualquier lado y me siento solo luego y de nuevo busco a la gente. Ese soy yo, el tipo que ama pero que nadie lo ama y que odia pero que nadie lo odia, el tipo que busca lo que nadie quiere y quiere lo que nadie tiene y tiene lo que nadie imagina e imagina lo que nadie quiere saber y quiere saber lo que no existe, lo que nadie sabe, lo que nadie es, lo que nadie oye, lo que nadie ve.
Ese soy yo, el sujeto que escribe tonterías letra por letra y luego las borra y se olvida de lo aprendido, que ignora la moraleja de su vida para no tener que cambiar en absoluto. Eso soy yo, el niño que hablaba con las hormigas a falta de familia y amigos, un niño que no podía hablar con los animales, ni volar, ni tirar poderes, ni derribar muros, ni siquiera ver a través de las paredes, ese era yo, el adolescente que hablaba solo a falta de hormigas, el adolescente que hablaba el parlache de los mil barrios del noroccidente, el adolescente que intento volar con drogas y no pudo, que descubrió como tirar poderes desde sus bolsillos, que derribo muros de ignorancia y miedo, así era yo, el adolescente que podía fácilmente ver a través de la ropa de las mujeres y del alma de los hombres.
Esto soy yo, unas manos negras temblorosas que en la oscuridad acarician unas teclas de plástico y sueñan, sueñan que algún día su dueño se pueda enamorar de nuevo, que otra vez pueda hablar con las hormigas, que dios le diga para donde debe ir, que le encuentre significado a sus letras y moraleja a sus sueños, que despierte y sueñe despierto, que busque y luche, que con su lanza de icopor pueda vencer a la soledad y al dolor, ya sin necesidad de su escudo de mentiritas, estas son mis manos, que sueñan y esperan el día en que al fin yo las deje volar y tirar poderes.

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Decir lo que se piensa el es primer paso, bueno, es el segundo, el primero siempre sera pensar en algo.

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