Un barquito blanco
Era esa hora de la tarde justo después del almuerzo, esa hora en que todo el mundo se toma un descanso de sus guerras y sus pesares para quedarse quieto y en silencio dormitando por algunos minutos. Esa hora al día en la vida de todo hombre en que sería una completa molestia que alguien entrara gritando a la sala del capitán preguntando algo como ¿hacia donde se dirige el barco? y quejándose de algo más acerca de una gaviota en su cama o de la muerte de algún ser querido, ya no recuerdo. Esa hora del día en que solo un hombre con mucha paciencia y determinación podría levantarse y decir: ¿Qué pasa hombre? ¿Cómo que qué pasa?, pasa que hace ya dos días que yo tendría que haber llegado al puerto de Notresde y hasta ahora lo único que se ve por la borda es el mismo mar inagotable. Bueno hombre relájese, si se toma usted un momento para reflexionar sobre lo que dice tal vez le entre en gana leer el itinerario del barco, en el cual se marca claramente que antes de Notresde tenemos una p...